martes, diciembre 18, 2007

Un ex rector bajo sospecha (Articulo aparecido en La nacion domingo del 16/12/07)

ADELANTO DEL LIBRO “EL NEGOCIO DE LAS UNIVERSIDADES EN CHILE”
Un ex rector bajo sospecha
María Olivia Mönckeberg, autora del libro “La privatización de las universidades. Una historia de dinero, poder e influencias” (Editorial Random House Mondadori), “El saqueo de los grupos económicos al Estado chileno” y “El imperio del Opus Dei en Chile” presenta un nuevo volumen en el que desnuda el mercado de la educación superior. LND reproduce extractos del capítulo en el que revela las irregularidades en que incurrió el ex rector de la Universidad Santa María,

Adolfo Arata, quien actualmente integra la Comisión Nacional de Acreditación.
No es la primera vez en la última década que el movimiento estudiantil universitario levanta cabeza desde Valparaíso. Dos años antes, en septiembre de 2005, gracias a la movilización de los estudiantes en la Universidad Técnica Federico Santa María, se impidió la elección donde el ex rector Adolfo Arata era el más posible ganador. Arata, cuestionado por manejos poco transparentes por estudiantes y académicos, abandonó el intento de ser reelegido.
La historia del ex rector Adolfo Arata y la Universidad Santa María ilustra los alcances de las usanzas de gestión estilo privado y la falta de límites a que han llegado algunas universidades tradicionales con tal de obtener fondos dentro del marco "del mercado". La situación especial se plantea en este caso porque, a diferencia de la Universidad de Chile o las públicas, la Técnica Federico Santa María recibe aporte fiscal directo, pero no está sometida a la supervisión de la Contraloría General de la República. Y los rectores pueden hacer y deshacer con proyectos y platas, como si se tratara de una empresa privada.
Hacia el año 2004 las críticas hacia la administración del rector Giovanni Pesce por su estilo "ultraliberal y autoritario", que alejaba a la universidad de los propósitos de Federico Santa María, empezaron a subir de tono. Profesores de diversas facultades impidieron a través de la autoconvocatoria a un claustro apoyado por los estudiantes, la creación de las carreras de Derecho, Periodismo, Sicología y Kinesiología.
Los argumentos para crear esas carreras de alta demanda y "bajo costo" eran precisamente la existencia de posible clientela. No requerían según rectoría más inversión que un par de docentes por cada una y otros contratados por jornadas parciales. El negocio parecía rentable. No importaba que nada tuvieran que ver esas disciplinas con el espíritu y la letra del testamento de Santa María, que dejó el legado para fundar la universidad como "opción educativa de excelencia que dedica esfuerzos específicos para dar oportunidades de formación a jóvenes talentosos y desvalidos de escasos recursos, el desvalido meritorio , en palabras de don Federico Santa María", comenta un académico.
Pero no fue el afán creador de nuevas carreras lo que provocó el escándalo. En 2005 correspondía elección de rector. Terminado el mandato de Giovanni Pesce, Adolfo Arata, su "socio" y director del Departamento de Industrias, quien lo había precedido en el cargo los dos períodos anteriores, pretendía volver a encabezar la universidad.
Al fragor de la campaña saltaron al ruedo copias de facturas y boletas que demostraban que tanto el ex rector Arata como el rector Pesce y otros académicos del Departamento de Industrias que ostentaban altos cargos en la institución, percibían suculentas sumas de dinero con cargo a proyectos, programas docentes especiales y otros "negocios". Los aludidos replicaron en duros términos acusando "asesinato de imagen" a quienes filtraron las boletas y facturas, aunque oficialmente el rector y el Consejo Superior ignoraban las denuncias.

LOS 20 REVOLTOSOS

FOTO_02 W:200 H:307 60 kbEn los días previos a la segunda vuelta de la elección, "los más motivados salíamos a marchar y entusiasmábamos a nuestros compañeros", recuerda Claudio Castro Núñez, estudiante de Ingeniería Civil Electrónica de la Universidad Santa María, quien ese año 2005 formó un "colectivo" al interior de la universidad.
El grupo se autodenominó "Los 20 revoltosos", después de que las autoridades de la universidad le restaron importancia a una manifestación, porque "eran 20 revoltosos nomás" que habían salido a la calle, según informaron los guardias del recinto.
Los jóvenes se tomaron la avenida España durante una hora. "Mantuvimos cerrado el tránsito Valparaíso-Viña. Ese fue el memorable día que nació el apodo de Los 20 revoltosos , cuando rectoría buscaba explicaciones y responsabilidades por lo ocurrido", dice Claudio Castro, nacido en Santiago y ex alumno del Liceo José Victorino Lastarria y del Instituto Tabancura, donde terminó su enseñanza media en las noches.
En medio del enrarecido clima, y a pesar de las acusaciones, Adolfo Arata logró ganar la primera vuelta de la elección y tenía serias posibilidades de derrotar a su oponente, el ingeniero Sergio Solís Mateluna, actual presidente de la Fundación Chile XXI y hoy representante de la Presidenta de la República en el Consejo Superior de la universidad.
El fragor de la elección provocó un inusual epistolario entre los habitualmente parcos ingenieros. Las palabras iban y venían, mientras se acercaba la fecha de la decisión final.
Los "revoltosos", relata Castro Núñez, le exigieron a la federación que hiciera asambleas con los estudiantes para discutir el tema y masificarlo. La federación mandó una carta al Consejo Superior pidiendo que detuviera el proceso de elecciones y que se llamara a hacer una auditoría para investigar las denuncias. "Nosotros no queríamos actuar como jueces, no queríamos decir que era real todo lo que se decía de Arata, pero si estaba ese clima era imposible que se realizaran elecciones de esa forma". Frente a la negativa del consejo, "la cuestión se siguió incendiando". Los alumnos invitaron a profesores a las asambleas generales para que plantearan sus puntos de vista.
Ante el inminente triunfo de Arata, que tomaría el relevo de manos de Pesce para desempeñar un tercer período como rector, "el problema era que todas las acusaciones pasaran al olvido y nunca se fuera a investigar nada", señala Claudio Castro. "Y nosotros recogimos el llamado tácito de los profesores porque nunca nos dijeron que hiciéramos algo y decidimos tomarnos la universidad el día de las elecciones. Nos tomamos la universidad antes de que se abrieran las mesas, y soltamos la universidad cuando se había agotado el plazo. Como la mesa no se pudo constituir, de acuerdo al reglamento, no se pudo votar y no hubo proceso".
Ante la situación, renunció el rector Pesce y en su reemplazo asumió el entonces vicerrector académico, José Rodríguez, quien desempeñó el cargo en forma interina hasta septiembre de 2006.
"Cuando negociaron con nosotros en la toma, se comprometieron a contratar una empresa auditora externa y realizar una investigación para ver qué era verdad de todas las acusaciones. Una vez que se terminara eso, volverían a hacer el proceso de elecciones. Y así fue", indica Claudio Castro.
Durante el interinato de Rodríguez se llevó a cabo una investigación de auditoría encargada a la empresa PriceWaterhouseCoopers, que verificó gran parte de las denuncias contra Arata, Pesce y otros profesores del Departamento de Industrias.
El "revoltoso" Claudio Castro se presentó como candidato a la federación a fines de ese año y ganó. Presidió la principal organización estudiantil de la Universidad Santa María en 2006. Encabezó un Congreso de Estudiantes en su plantel y apoyó a los "pingüinos" en su movimiento. A poco andar se transformó en uno de los líderes de la Confech (Confederación de Estudiantes de Chile), en cuya representación fue elegido para el Consejo Asesor Presidencial para la Calidad de la Educación, donde fue vicecoordinador en la Comisión de Marco Regulatorio.
CURIOSA AUTONOMÍA
Señala Castro que bajo la conducción de Arata y Pesce el Departamento de Industrias comenzó a generar programas propios. "La universidad centraliza los recursos de todas las carreras, pero los generados por los programas de los departamentos le pertenecen a estas unidades y le pagan un impuesto "overhead" a la universidad, que es del 10%".
Explica que el MBA que se da en Santiago y Valparaíso nació como un programa del Departamento de Industrias. "Es carísimo, lo mismo que los programas vespertinos. Cobran aranceles de tres millones de pesos o más y le pagan un 10% a la universidad. Pero utilizan las salas y todas las instalaciones".
Esa situación empezó a generar problemas entre los otros profesores, que veían cómo "los sueldos del Departamento de Industrias se disparaban por sobre los de los profesores del Departamento de Física o Ciencias, que no hacen programas tan populares como el MBA. Eso empezó a polarizar el tema frente a los aratistas , que son como una clase al interior de la universidad, y el otro sector que ganaba menos, y los que no les gustaba la forma de administrar que tenía Arata".
El Consejo Superior contrató a PriceWaterhouseCoopers y designó un comité de auditoría de cinco personas entre sus miembros. En marzo de 2006 la consultora entregó el informe y en mayo emitió sus juicios el Comité de Auditoría Ampliado.
Ambos informes ratifican la mayoría de las denuncias. Entre otras cosas, se comprueba la creación de sociedades comerciales, el uso de la marca "Universidad Técnica Federico Santa María", elevados pagos a sociedades relacionadas con el ex rector o con otros profesores del departamento y hasta unas boletas de honorarios pagados a un hijo.
Pero todo eso sólo mereció una "amonestación", porque no habría sido ilegal o no había reglamento que dispusiera que los hechos señalados no estaban permitidos.
De acuerdo a las cifras que surgen de los informes, Adolfo Arata "en sólo dos años obtuvo ingresos superiores a los 300 millones de pesos, lo que sería cinco veces más que el más activo de los profesores", indica el profesor Waldo Valderrama, director del Departamento de Ciencias de Materiales de la Universidad Santa María.
El informe del Comité de Auditoría admite que "efectivamente se realizaron pagos a sociedades y empresas relacionadas con académicos". Y se menciona que "Adolfo Arata Andreani EIRL una sociedad de papel del propio Arata recibió pagos por 128.118.145 pesos desde el 2003 al 2005". Pero a reglón seguido se indica: "Todos los pagos tienen justificación documentaria".
UN CASO DE REENCARNACIÓN
José Rodríguez fue elegido rector en septiembre de 2006 por una amplia mayoría. Esta vez no hubo candidato del Departamento de Industrias.
Mientras busca mejorar la gestión y alinear la universidad con las necesidades del desarrollo industrial del país, las heridas de convivencia van cicatrizando, pero todavía quedan marcas visibles, aseguran profesores involucrados en esta historia.
Terminado su mandato, a principios de 2007, el ex presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Federico Santa María, Claudio Castro, no volvió a postular. Consideró que era tiempo de "hacer trabajo de bases con el fin de crear conciencia de los problemas de los estudiantes y de la educación en el país" entre los alumnos de la Santa María. Fue reemplazado por estudiantes de una lista conducida por jóvenes del PPD y Renovación Nacional.
Pero la vida tiene vueltas y reencarnaciones inesperadas. Adolfo Arata apareció en 2007, en gloria y majestad, como representante de las universidades privadas en la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), con la misión, como todos los consejeros, de evaluar quién merece pasar el test de calidad. Actualmente, él entre otras actividades sigue siendo profesor en el Departamento de Industrias de la Universidad Santa María y, además, desarrolla actividad docente en la Universidad Adolfo Ibáñez. Es considerado un "gran gestor" y desde luego un hombre que da confianza a las universidades privadas.
Párrafos seleccionados del capítulo X, "Con el foco en Valparaíso".

La Nacion Domingo

lunes, diciembre 10, 2007

DESPIERTA!!!!!


DESPIERTA!!!!!!!!!!!!

Así se llama la nueva campaña de Liberación Digital. Hoy jueves 6 de Diciembre de 2007 no sólo empezamos a demostrarle al mundo que estamos más presentes y más despiertos que nunca

Estimados, hoy renacemos como Liberación Digital, porque hoy nos volvemos a fijar como meta la derogación del acuerdo y punto. Se acabó la espera y se acabó el silencio. Esta vez no nos quedaremos sólo en los blogs y el mundo digital. Ahora correremos la voz y saldremos a la luz pública. Vamos a resucitar el tema del acuerdo, sólo para enterrarlo después, bien lejos y para siempre.(Liberación Digital)